lunes, 15 de febrero de 2016

Viaje a Marte ¿Ficción o Realidad?

En materia de Ciencia Ficción, muchas veces Hollywood, nos presenta los diferentes desafíos que el ser humano enfrenta cuando se encuentra en el espacio, combatiendo a Seres Alienígenas (tipo Independence Day) o destruyendo las amenazas hacia nuestro planeta y todo lo que hay en ella (tipo de Armagedón). Recientemente hemos disfrutado del Filme “The Martian”, el cual nos brinda una idea de lo que podría enfrentar el ser humano una vez llegue al denominado Planeta Rojo.

Sin embargo, ¿Qué grado de dificultad tendríamos para enviar a humanos hacia nuestro planeta vecino? Bueno de eso se trata este post.

De acuerdo al Ingeniero Espacial de NASA, Eduardo García Llama, este hecho implica un desafío de una enorme dificultad que se aleja mucho de todo lo que se ha hecho hasta ahora en la historia dela exploración humana del espacio. ¿Y la razón el mismo? Obviamente la distancia entre nuestro planeta y Marte.
La distancia máxima y mínima entre la Tierra y Marte varían dentro de un cierto rango, la distancia posible es de unos 55 millones de Km y la máxima posible es de 400 millones de km (ver imagen adjunta). La Luna por su parte tan sólo está a una distancia media de 380 mil km.

El único objeto actual al que el ser humano viaja para permanecer ahí estacionado por meses y realizar experimentos en pro de la Ciencia y obviamente para beneficio humano es la Estación Espacial Internacional, la cual orbita nuestro planeta a altitud equivalente de 400 kms (algo así como ir de León a Managua, ida y vuelta dos veces y después trasladarse de vuelta pero esta vez hasta Nagarote). Construirla no fue nada fácil, dado su tamaño y peso fue necesario construirlo poco a poco en el espacio y necesitó de la colaboración de varios países. Esta región espacial a la viajan los humanos de manera rutinaria está dentro de la conocida: región de las Orbitas Bajas de la Tierra.

NASA está apuntando a enviar a seis Astronautas para el año 2037, el cual consiste en un viaje de ida de 174 días y 201 días para el regreso a Tierra, con una estancia de 539 días en Marte. Todo esto supone un total de 914 días o 2 años y medio.

¿Qué implica esto?

Al igual que la Estación Espacial Internacional (EEI), la nueva nave interplanetaria no podría ser construida desde Tierra sino en el espacio. Tomemos en consideración lo siguiente: La primero misión orbital del Programa Mercury a principios de los 60s (Mercury 6 de John Glen) necesito de un cohete Atlas de 120 toneladas y 29 metros de altura para una órbita de 200kms (la mitad entre la superficie terrestre y la EEI) con una masa útil de 1.2 toneladas y con un único tripulante y permaneció en el espacio solamente 5 horas.

Por otro lado, En el caso del Apolo 17- la última misión de exploración lunar- su módulo de mando y servicio más su módulo lunar sumaban todo alrededor de 50 toneladas, fue lanzado por el poderoso cohete Saturno V de unas 3000 toneladas y 110 metros de altura para una misión de 12 días y medio.

Volviendo al viaje hacia Marte, una viaje tan largo más su estancia en el planeta, sería necesaria la posición relativa entre este planeta y la Tierra fuera la óptima para el regreso con un mínimo gasto de combustible, lo que ahorraría el envío de centenares toneladas de combustible. Además, supone la necesidad de proveer y transportar cerca de 150 veces mas suministros de lo que se llevó a la Luna en al Apollo 17. También, una mayor duración de viaje interplanetario supone la necesidad de proveer a la tripulación de mayor protección contra radiaciones o que se consigue – hasta ahora – añadiendo más masa.

Sigamos…. Se deben de mejorar sustancialmente la durabilidad de los equipos que se transporten, o habrá que llevar sus repuestos, lo que implica llevar un mayor peso. Las naves de carga que visitan la EEI pueden abastecerla de repuestos cuando algo se estropea a bordo, pero esta opción no será posible en un viaje hacia Marte.

Algo muy importante a considerar es que la nave tendrá una gran masa para el traslado de los tripulantes más sus suministros, etc. Implica también más combustible para acelerar toda esa carga y frenarla a la llegada e insertarla en órbita alrededor de ese planeta, al igual ue la regreso a Tierra, todo este combustible debe de ser trasladado también al espacio, cuando se arme la nave.

En total, se calcula que se requerirá lanzar al espacio entre 850 y 1250 toneladas – dependiendo del sistema de propulsión a utilizar- una cantidad enorme tomando en consideración que tan sólo la EEI tiene una masa de 420 toneladas.

Así pues, a partir de todo esto y sin entrar a muchos más, podemos anticipar de manera intuitiva que no se podrá utilizar un solo cohete para ir a Marte, sino que se necesitarán de varios lanzamientos de cohetes – tantos o más poderosos que el Saturno V de los años 60s – para ensamblar en el espacio distintos elementos de propulsión módulos de combustible, hábitats y naves que habrán que enviarse por separado y por anticipado, en todo caso la tripulación sería la última que se enviaría.

El cohete que se encargaría de la mayor parte de los lanzamientos de una futura misión a Marte se está desarrollando en la actualidad y se llama SSL (Space Launch System), el cual tendrá prestaciones parecidas o un tanto mayores al Saturno V).

Para finalizar hay dos aspectos que no se han mencionado y que son muy relevantes durante la travesía hacia el Planeta Rojo y su regreso a Tierra:

Primeramente, un tiempo de 174 días en condición ingravidez y 201 días al regreso en la misma condiciones afectará profundamente a la fisiología humana, algo especialmente preocupante al llegar a un planeta donde no hay nadie para asistirte.

Segundo, dos años y medio es un tiempo muy largo también por razones psicológicas. La tripulación tendrá que convivir en una situación de confinamiento permanente en un espacio reducido en una situación de gran estrés y con la capacidad de saber enfrentar posibles situaciones de emergencia o enfrentar otros desafíos durante el trayecto.

Después de todo esto y aunque no se han mencionado ni mucho menos todas las dificultades operativas, técnicas y/o tecnológicas, podemos apreciar un poco mejor a lo que nos enfrentaríamos en una Misión a Marte. Tarde o temprano el ser humano tendrá que aventurarse a viajar y conocer mejor “nuestro vecindario” el conocer y saber lo que esto implica es nuestra obligación para el alcance de los objetivos y de resultados positivos para todos.


ASAFILE.
Creditos de Imagen: NASA.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario