domingo, 27 de julio de 2014

¿Qué es un agujero negro?

¿Un termino enigmático? En realidad, no, porque su definición es bastante simple: Es una región en el espacio-tiempo de la cual nada puede escapar, ni siquiera la luz.
Para imaginarse mejor qué pasa consideramos una pelota de tenis, tirado al aire: tiramos más fuerte, con mayor velocidad inicial, va a volar más alto, antes de darse vuelta y caer al suelo. Es fácil calcular la velocidad inicial con la cual tengo que tirarla para que se escape y no vuelva: son 11,2 kilómetros por segundo, la velocidad de escape en la superficie de la Tierra (despreciando la fricción del aire).



Ahora nos imaginamos que podemos comprimir toda la Tierra en un planeta más y más pequeño, manteniendo su masa total. Su densidad va a aumentar, y como a nuestra pelota le será más difícil escapar de su superficie, tenemos que darle una velocidad inicial mayor para que no vuelva. De nuevo es relativamente fácil calcular a qué diámetro tenemos que llegar para que la velocidad de escape sea 300000 kilómetros por segundo, la velocidad de la luz: sería la masa de toda la Tierra dentro de una pequeña bolita de 9 milímetros! Hasta este tamaño tenemos que comprimir nuestra Tierra para formar un agujero negro de ella. Como no hay nada mas rápido en el Universo que la luz, este cuerpo es "negro", pero mantiene su atracción gravitacional a su alrededor.

¿Existen realmente agujeros negros? Su naturaleza implica que no los podemos ver directamente. Pero podemos concluir en forma indirecta su presencia, debido a material visible en su vecindad (gas u otras estrellas) que se mueve alrededor de algo masivo, pero invisible con muy alta velocidad en espacios muy reducidos.
Hay muchos ejemplos. Hoy distinguimos entre dos clases principales de agujeros negros: los en estrellas binarias masivas, miembros de un sistema de estrellas dobles, de las cuales vemos sólo una componente en órbita, pero calculamos de su velocidad la masa de la otra, llegando a varias masas solares. Si fuera una estrella normal debería radiar muy brillante con esta masa. Por eso, la ausencia de esta radiación implica la presencia de un agujero negro estelar.
La otra clase de agujeros negros, los "supermasivos", encontramos en el centro de muchas galaxias, incluso en nuestra Vía Láctea: tienen varias millones de masas solares que se revelan por estrellas, gas y polvo muy cerca al centro, en movimiento con velocidades extremadamente altas.
Ambas clases de agujeros negros conoceremos en más detalle en comunicaciones futuras.

Fuente: Ciencia+

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