domingo, 2 de agosto de 2020

Historia de la Astronomía (Parte 2 de 2)

En el primer post que realizamos sobre la Historia de la Astronomía describimos los principales representantes y contribuciones que realizaron Astrónomos griegos.

En cuanto a los romanos, su labor científica más importante se refiere a la Cronología, y principalmente a la modificación que introdujo Julio César en el calendario, siguiendo los consejos del Astrónomo Sosígenes, también de la Escuela de Alejandría, institución llamada Calendario Juliano.

Fue en los siglos VIII, IX y X cuando se activó la Astronomía de observación con dominación de los árabes para encontrar nuevos progresos astronómicos. Se distingue al astrónomo Albatenio, el cual adoptó el sistema de Ptolomeo, aunque rectificándolo en diferentes puntos: redujo la excentricidad de la órbita del Sol, perfeccionó la teoría de la Luna y de los planetas, corrigió las tablas astronómicas de Ptolomeo, etc.

La astronomía fue también cultivada en Persia y China y otros sitios, pero nos trasladamos ahora al brillante renacimiento que esta Ciencia en Europa a partir de la Edad Moderna. Ya a mediados del siglo XV algunos “espíritus superiores” manifestaron su escepticismo por el sistema de los antiguos cada vez mas complicado y menos satisfactorio. 

En una de sus obras el Cardenal Nicolás de Cusa manifestaba: “El Universo es infinito, no tiene pues, ni centro ni circunferencia, y la Tierra no puede en un centro que no existe, el movimiento es natural en todos los cuerpos, por consiguiente, la Tierra tiene que moverse”.

En 1548, Nicolás Copérnico expone su principal obra y en una de sus párrafos detalla: “La primera y mas elevada de todas las esferas es la de las estrellas, la cual comprende todas las otras, está inmóvil y a ella se refieren las posiciones y todos los movimientos de los planetas. Los astrónomos le atribuyen un movimiento, pero es una ilusión producida por el movimiento de rotación de la Tierra”.

Con la muerte de Copérnico sucedió la aparición de otro genio, Galileo Galilei , con quien se inicia la observación telescópica del cielo, para lo se sirvió de aparatos ópticos construidos por sus propias manos, aun cuando sus instrumentos ópticos eran sumamente imperfectos, la visión con ellos era incomparablemente superior a la simple vista y así fue que descubrió las manchas del Sol y con ellas el movimiento de rotación del mismo, las cuatro principales lunas de Júpiter, fases de Venus, etc.

Galileo hizo cuanto pudo para divulgar y confirmar el sistema copernicano, lo que le valió que sus enemigos lo denunciaran a la Inquisición, suponiendo heréticas sus doctrinas y que pasara infinidad de amarguras.

Las leyes de Kepler son la base de la introducción de la Mecánica en la Astronomía, gracias al genio de Newton, intrigado este gran hombre, por las leyes de la caída de los cuerpos descubiertas por Galileo, por las leyes de Kepler, por el movimiento de los astros y por otros fenómenos, formuló la Ley de la Gravitación Universal y con ella fundó la Mecánica Celeste, rama de la Astronomía, que es la representación superior de la potencia intelectual del hombre.

A partir de esta época, la Ciencia de los astros entra en su fase moderna, en que los trabajos de toda clase se acumulan tanto en el terreno matemático como en el físico.



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