Seguramente, si le afirmamos a algún estudiante durante nuestras
visitas escolares que realizamos para promover la Astronomía, que tanto
el Sol como las estrellas giran alrededor de nuestro planeta, que la
Tierra no posee la forma de una esfera sino que es plana o bien que
somos el centro del Universo, ¿Que nos dirían? De manera inmediata nos
harían las correcciones necesarias para que no volvamos a cometer estos
errores en otros colegios o fácil no nos permitieran la entrada
nuevamente a esos centros para brindarles otras charlas.
Sin
embargo, al analizar la historia del ser humano, afirmaciones como estas
eran las que se enseñaban en los centros de estudios, las diferentes
sociedades poseían su propio criterio de lo que ellos observaban durante
las noches y especialmente las europeas ubicaban al ser humano en un
lugar muy privilegiado en el Universo, de hecho en la mayor parte de la
historia del ser humano, creencias de este tipos son las que más fueron
aceptadas y decir lo contrario ameritaba castigos que incluso incluían
la muerte.
Fue hasta que aparecieron distintas personas que
desafiaron estas creencias e ideas y comenzaron a observar los cielos de
una manera muy distinta a lo establecido, fueron personas, curiosas,
apasionadas y muy pacientes para ir poco a poco realizando sus propios
estudios para después darlos a conocer, algunas personas se vieron en la
obligación de retractarse para no perder su vida, mientras otras fueron
sacrificadas por no hacerlo.
En el siglo XVI hasta finales del
siglo XVII, uno de los movimientos sociales que más ha influido en la
sociedad ha sido El Renacimiento, siendo como su nombre lo indica una
época en la que se buscaba renovar por completo todos los paradigmas,
conocimientos y aplicaciones no solo en el Arte, sino también en el
Ámbito Científico de la época, un gran impulso para ello fue el invento
de la Imprenta ya que con ello, los estudios independientes eran de una
mayor divulgación.
Durante este período, estudiosos de los
cielos tuvieron el enorme desafíos de desacreditar lo ya establecido por
las autoridades públicas y religiosas de la época, este escrito es
sobre esas personas que gracias a ellos ahora tenemos mayor información
precisa y sobre todo real de planetas, nuestro Sistema Solar, en sí del
Universo mismo y nos ubicaron en un lugar más preciso en él.
Mencionaremos a sus principales representantes, sin embargo hay que
recalcar que otras personas retomaron estos descubrimientos y los
utilizaron para los suyos propios, lo corrigieron u adecuaron cuando
esto fuese necesario.
Fueron cinco los personajes más destacables y de más significancia en este periodo (En cada imagen adjunta encontrarán sus principales aportes a la Astronomía):
2. Tycho Brahe. (1546-1601)
3. Giordano Bruno (1548-1600)
4. Johannes Kepler. (1571-1630)
5. Galileo Gailei (1564-1642)
Nuestras sociedades necesitan más Copérnicos, Brahes, Brunos, Newtons, Einteins, Cueries, etc. Necesitamos esas personas realmente apasionadas por los que hacen, que aprovechen nuestras tecnologías y sigan revolucionando nuestros conocimientos brindándonos nuevas ideas y perspectivas no sólo de la Astronomía sino en otras Ciencias como Biología, Física, Químicas, etc. elementales para ampliar o saciar nuestra sed de querer saber cada día más.
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