Mientras nos preparamos a la segunda invasión extraterrestre a
realizarse los siguientes días en la cual nos tocará enfrentarnos
nuevamente con los invasores para nuestra propia subsistencia… bueno al
menos eso sucederá en la salas de cine del país con el estreno de la
segunda parte de Independence Day (Día de la Independencia), la mala
noticia es que esta vez Will Smith no estará ahí para salvarnos, pero si
contaremos con el Científico que introdujo el virus informático en la
nave nodriza, lo recuerdan?…. Seguramente Hollywood nos tiene preparado
nuevamente la fórmula de la victoria para que los humanos sigamos
prevaleciendo sobre otras especies (A pesar de la muy superioridad
tecnológica de los Aliens).
Volviendo un poco a la realidad, el
próximo 4 de julio, una sonda espacial propulsada por energía solar del
tamaño de una cancha de baloncesto, denominada JUNO, volará a unos
4.667 kilómetros de las nubes del planeta más grande del Sistema Solar.
Para agregarles un dato la sonda espacial que había estado más cerca del
gigante gaseoso fue la sonda Pionner quien pasó a 43,000 kilómetros del
planeta.
Para estas fechas el año pasado le tocada a la sonda
New Horizons (Nuevos Horizonte) sobrevolar el planeta enano Plutón y nos
brindó información e imágenes muy detalladas a cerca de la composición
del planeta y recalcamos: enano. Pues esta vez le tocará a JUNO,
brindarnos valiosa información de los orígenes del planeta, su
estructura, atmósfera y magnetósfera.
El interior de este
planeta y su origen sigue siendo un misterio cuatro siglos después de
las primeras observaciones científicas del planeta que hizo Galileo.
Júpiter alberga más materia que todos los demás planetas, asteroides y
cometas juntos. De hecho, es más parecido a una estrella, pues sus dos
componentes principales son el hidrógeno y el helio, igual que el Sol.
Sin embargo, el hecho de pasar una altura tan mínima implicará riesgos
para la propia sonda, dado que muy por debajo de las nubes de Júpiter
hay una capa de hidrógeno bajo una presión increíble que actúa como un
conductor eléctrico. Los científicos creen que la combinación de este
hidrógeno metálico junto con la rápida rotación de Júpiter - un día en
Júpiter tiene sólo 10 horas de duración - genera un campo magnético de
gran alcance que rodea el planeta con electrones, protones e iones que
viajan casi a la velocidad de la luz. El final del juego para cualquier
nave espacial que entra en este campo en forma de rosquilla de
partículas de alta energía es un encuentro con el ambiente de radiación
más duro del sistema solar.
Lo positivo de esto es que se diseñó
una órbita que reduce al mínimo la exposición a la severa radiación
ambiental de Júpiter, lo que permitirá sobrevivir el tiempo suficiente
para obtener los importantes datos y alcanzar los objetivos planteados.
La órbita de Juno se asemeja a un óvalo aplanado, con una trayectoria
que se aproxima a Júpiter desde el polo norte y rápidamente desciende a
una altitud por debajo de los cinturones de radiación del planeta
mientras Juno se mueve hacia el polo sur de Júpiter. Cada sobrevuelo
dura aproximadamente un día. A continuación, la órbita de Juno lleva a
la nave espacial por debajo del polo sur y lejos de Júpiter, mucho más
allá del alcance de las radiaciones nocivas.
Aunque JUNO está
repleta de cables eléctricos resistentes a la radiación y un blindaje
rodea la multitud de sensores a bordo, la pieza de más alto perfil de la
armadura de Juno es su bóveda de titanio, que contiene el ordenador de
vuelo de la nave espacial y los núcleos electrónicos de muchos de los
instrumentos científicos. Con un peso de casi 172 kilos, la bóveda
reducirá la exposición a la radiación en 800 veces.
Sin la
bóveda, el cerebro electrónico de JUNO sucumbiría antes de que
finalizase el primer sobrevuelo del planeta. Pero, mientras que 172
kilos de titanio pueden hacer cosas mágicas, no puede hacerlo siempre en
un entorno de radiación extrema como la de Júpiter. La cantidad y la
energía de las partículas de alta energía es simplemente demasiado. Sin
embargo, la órbita especial de la sonda permite que la dosis de
radiación y la degradación se acumulen lentamente, permitiendo hacer una
cantidad notable de la ciencia durante 20 meses.
Seguiremos
contando los días para el estreno de la película así como el arribo de
JUNO para seguir aprendiendo y adaptando estos nuevos conocimientos para
ser divulgados y promovidos por los astrónomos terrícolas.
Fuente de Información: NASA
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